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El recinto monumental de San Juan de Aznalfarache.

Es un espacio multifuncional diseñado por el arquitecto Aurelio Gómez Millán (1898-1991). Sigue un amplio programa de usos (devocionales, docentes, funerarios, de esparcimiento...) ideado por el cardenal Pedro Segura Sáenz (1940). Está documentado un primer proyecto (1935) encargado por el también arzobispo de Sevilla Eustaquio Ilundain Esteban. El complejo se extiende por una superficie de 3 ha. que ocupa parte del histórico cerro de San Juan. Desde él se divisa una panorámica de la ciudad de Sevilla tan bella, que el escritor Armando Palacio Valdés la calificó como la vista más hermosa del mundo.

El recinto se articula en torno a dos grandes espacios: la gran plaza porticada abierta a Tablada y el Guadalquivir (1945) y los jardines de la ladera del cerro (1947). En cada uno de estos ámbitos se disponen a modo de fulcro o eje visual, respectivamente, el monumento al corazón de Jesús (1942) y el Triunfo del corazón de María (1944).

Alrededor de la plaza porticada y siguiendo el movimiento de las agujas del reloj, se construyeron la Capilla del Cristo del Perdón (1947), el templo y convento de Las Salesas(1945-50), las escuelas salesianas (1948), el Jardín de Beta con la hospedería y la librería (1946), la casa de ejercicios en el antiguo convento de frailes mínimos (1942-3) y la cripta con la capilla votiva (1949). El recinto fue inaugurado en noviembre de 1948. Varios de estos espacios tienen hoy funciones o titularidades distintas a las proyectadas.

Todo el complejo es una densa convergencia de percepciones, identificaciones y representaciones arquitectónicas y figurativas. Su perfil forma parte de la imagen de San Juan y también del paisaje exterior de Sevilla. El recinto incorpora al fondo iconográfico de ambas ciudades una arquitectura historicista, con propuestas estéticas que abarcan desde el mudéjar al neobarroco pasando por el neorrenacimiento, de forma quizás un tanto anacrónica, pero muy característica y sugerente.

Los jardines ocupan la ladera del cerro y están concebidos siguiendo un criterio marcadamente escenográfico. Las cualidades del paisaje se han puesto al servicio de una idea que se referencia potenciando la elevación como característica más significativa del lugar. Desde el pórtico de acceso, situado en el barrio Bajo, y a partir de un espacio central, una serie de terrazas ajardinadas articuladas con escalinatas y caminos en rampa, conducen hasta la entrada de la gran plaza porticada. El espacio entre una y otra cota es el recuperado por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache.

Del 25 de febrero de 1944 data la memoria constructiva del "Triunfo del Corazón de María", que ocupa el nivel más bajo del jardín y actúa como catalizador espacial del mismo. El triunfo es un tipo de monumento, evolucionado a partir de la columna conmemorativa romana, que adquiere su dimensión conceptual en el barroco (resemantización), a partir del modelo de Mena-Potes construido entre 1616 y 1631 en Granada, y al que siguieron, entre otros, los monumentos de Antequera, Sevilla, Écija, Cádiz, y los varios de Córdoba, levantados todos entre los siglos XVII y XVIII. Un triunfo se compone normalmente de una esbelta columna o pilar alzada sobre pedestal más o menos complejo, coronada de la escultura a la que se dedica. A este modelo responde el Triunfo de San Juan.

Para el promotor, el Triunfo debía ser una joya labrada en piedra y mármoles y a ello se dedicaron, con todo esfuerzo, tanto Aurelio Gómez Millán como el escultor José Lafita Díaz (1887-1945) autor del programa iconográfico. Por una decisión personal del arquitecto, el monumento incorpora una réplica en mármol de la imagen de la Virgen del Amparo conservada en la iglesia de la Magdalena (Sevilla), que se eleva a 17 metros de altura. Se emplaza en la rotonda de entrada al jardín, y sirve de arranque a los mencionados caminos que constituyen un itinerario contemplativo dedicado a los misterios del rosario (dolorosos, gozosos y gloriosos). Dichos misterios (acontecimientos significativos) se representan gráficamente en quince capillas mediante artísticos relieves en mármol originales del escultor catalán Claudio Rius Garrich (1893-1970), artífice de muy amplia producción, especializada en temas sacros, que trabajó en la catedral de Sevilla.

El otro gran edificio del conjunto es la antigua iglesia del convento franciscano hoy parroquia de los Sagrados Corazones en la que destacan las pinturas del retablo mayor.

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a través del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico ha restaurado los cinco lienzos originales del pintor Juan del Castillo, que constituyen parte del retablo de San Juan Bautista conservado en la actual iglesia de los Sagrados Corazones de San Juan de Aznalfarache.

Los cinco lienzos El Bautismo de Cristo, San Juan Evangelista en la isla de Patmos, La Predicación de San Juan Bautista, El Nacimiento de San Juan Bautista y San Juan Evangelista en la tina, forman parte del Retablo Mayor del mencionado templo. La arquitectura lignaria, las esculturas y las pinturas se realizaron en origen para decorar el presbiterio de la parroquia de San Juan de la Palma (Sevilla), lugar en el que permaneció hasta 1710, fecha en que pasó a la iglesia del convento de San Antón, de frailes franciscanos menores (actual parroquia).

La construcción del retablo fue acordada en octubre de 1734 siendo sus autores Miguel Cano (arquitectura lignaria) y Juan del Castillo ( pintura). El genial Alonso Cano, hijo de Miguel, actuó como escultor y fiador de Juan del Castillo. Se sabe que la empresa resultó azarosa, no cumpliéndose los plazos acordados y decidiéndose la sustitución de dos temas iconográficos. A su fallecimiento, Castillo no había realizado todos los trabajos contratados, razón por la que en 1658 Gaspar de Rivas recibe el encargo de dorar el retablo.

Juan del Castillo es uno de los grandes pintores del barroco andaluz, nacido en Sevilla hacia 1590, formándose en el espíritu tardomanierista, vigente en las últimas décadas del siglo XVI de la pintura sevillana, y reforzando su estilo con el estudio de grabados y estampas. A partir de la segunda década del siglo XVII su arte evolucionó hacia un íntimo naturalismo, de cierto carácter descriptivo, y cromatismo más cálido incorporando detalles inspirados en las obras de Pacheco, el joven Diego Velázquez, e incluso Zurbarán. La importancia de Castillo en la escuela sevillana de pintura es mucho más importante de lo que la historiografía tradicional recoge, ya que en la actualidad se acepta que fuera maestro de Bartolomé Esteban Murillo.

http://es.wikipedia.org/wiki/San_Juan_de_Aznalfarache