RECLUTAMIENTO INDECENTE Parece Como si de la “mili” se tratara.
Pues no. No se trata de la mili. Ni si quiera del ejército para la defensa de
la patria. Más quisiera que de eso se tratara. Es verdad que las creencias tienen mucho
que ver con el lugar en donde se nace y principalmente, en donde se crece.
¿Para qué engañarnos? Es así, simple y llanamente, o por lo menos, me lo
parece. También es verdad, también, que de un tiempo a esta parte, no dejamos
de quejarnos de casi todo. Pero de una de las cosas que más nos quejamos, es de
la pérdida de valores ¡Que puñetas! Nos dolemos de esta pérdida: DE LOS
VALORES. ¡Cuánto echamos de menos el respeto hacia el próximo, sí el próximo
que es el prójimo por el que decimos que nos desvivimos y lo dejamos tirado
como si de una colilla se tratara! Nos quejamos de los valores humanos, de los
valores morales y de los valores espirituales. ¡Qué tiempos aquellos en los que
se respiraba en valor de los valores! ¡Qué tiempos! ¿Por qué no decirlo si
humanísticamente nos hemos criado así? ¿Por qué renegar de las enseñanzas
recibidas? Otra cosa será lo que cada uno hayamos hecho con ellas, pero
recibirlas, las hemos recibido, o como se dice: “haberlas, ahílas”. ¿Por qué todo lo anterior? No es que sea un
rollo. El rollo es el que nos han montado la clase dirigente de casquete y
fajín rojo y crucifijo ostentoso y visible en el pecho de los Roucos y Compañía S.A., de las Iglesias Católicas,
Apostólicas y Romanas de Las Españas. Deprimente. O más que deprimente,
indecente. Recuerdo que me decían en mis enseñanzas
humanísticas que el “palabro” VOCACIÓN significaba espiritualidad, ser elegido
o privilegiado a la llamada de Dios, mientras que el otro “palabro” VOCACIÓN significaba
materialismo, boca de comida o lujuria y que el llamado, el elegido a ser
representante de Cristo, tenía que desterrar por completo el segundo “palabro”.
¡Cuánto han cambiado los tiempos! ¿No? O… ¿no han cambiado y lo que vendían por
entonce era lo políticamente correcto y lo que nos venden ahora, también, y en
estos tiempos, es lo políticamente correcto y es lo que toca?. Pasamos de la defensa de la espiritualidad
a la defensa de lo material con una premura y normalidad que sorprende a
propios y extraños. Ver para creer. Y de eso se trata, de creer. ¿Moral? ¿Clase
de moral? O… amoral. La Iglesia Católica, Apostólica y Romana
predica y tiene su fundamento en el amor al prójimo, por aquello de lo que dijo
Cristo: “Amad al prójimo como a vosotros mismos”, que si no lo hubiera dicho,
como se dice que lo dijo Cristo y lo hubiera dicho otro hombre terrenal, también
tendría el valor que significa. Sin embargo, esta clase de dirigentes
eclesiales de casquetes y fajines rojos, con cruces ostentosas sobre el pecho,
bien visibles a los ojos de los “hermanos”, mancillan ese mandamiento.
Anteponen lo material a lo espiritual, si no, ¿por qué esa llamada al trabajo
fijo y a los 800 euros? Qué es lo que prima más ¿lo material o lo espiritual? Estos dirigentes eclesiales de casquete y
fajín rojo y crucifijo ostentoso y visible en el pecho, Roucos
y Compañía S.A., de un plumazo se han
cargado, como dice mi amigo Paco Trenado, se han cargado, lo repito, aquella llamada
vocacional de Dios que era algo interna, íntima, emocional y romántica, y todo,
por la pérdida de valores morales, de la que tanto nos quejamos. ¡Maldita sea! ¡Vamos!
¡Joé!, que con el anuncio y la promesa de dar un
puesto de trabajo fijo, seguro y 800 euros, todas nuestras creencias, se nos
han ido al carajo. ¿Indecente? Simplemente extravagante la
oferta. Ver para creer. De eso se trata, de creer. |