Mira por donde algo que por el momento no tenía previsto, puede empezar a ser realidad hoy mismo: ponerme de una vez por todas, en contacto con vosotros. Tantos años ausente. Tantos recuerdos a flor de piel pero sin dejarlos germinar. Pues bien empecemos.
Hace unos pocos días recibí una llamada inesperada: "Soy Paco Sánchez Doblado, estoy en Donostia y si es posible nos encantaría a Rosa y a mí, poder pasar contigo un rato juntos". Cuántas cosas pasaron en un instante por mi imaginación, trataba de poner un rostro a alguien a quien conocía, pero casi la friolera de cuarenta años sin vernos y ahora
nos volvíamos a ver. Cómo le encontraría yo a él y él a mí. Bueno, en cinco minutos resolvimos el tema. El encuentro sería en la Parroquia tras la misa vespertina, y luego cenaríamos juntos.
Al tenerlo en frente, mientras celebraba misa, su rostro fue poco a poco haciéndose mas familiar, gestos, formas de moverse, todo empezaba a encajar. Un fuerte abrazo, presentación de Rosa y ya todo parecía como si nada hubiera pasado, todo empezó a ser normal. Tras una corta vuelta por el pueblo, nos fuimos a cenar a la sociedad: "Almejas a la marinera, solomillo a la plancha con pimientos de Gernika y de postre, pantxineta."
Durante la cena, empezaron los recuerdos, primero los más cercanos: su hermano Jesús, compañeros de curso: de los que fui Formador-Tutor antes de ser Rector: Colon, Payan, Espejo, Vargas etc. Luego los compañeros que me acogieron y me enseñaron, formándome, a ser formador: D. Ignacio Noguer, Juan Leiva, Pepe Marín, Antonio Ríos, Servando, Juan Manuel etc. Más tarde todo un mundo de actividades: el Coro, las Clases, los Campamentos en Cala; y también, cómo no, el recuerdo de tantos y tantos que erais de otros cursos: Juan Rey, Fuentes etc. Algo que en un principio parecía tan lejano, y poco a poco fue haciéndose cercano e imborrable. Realmente algo inesperado pero maravilloso. Todo me sabía a Pilas, años entrañables y de los que quiero volver a revivirlo con todos vosotros. Ya no es un deseo más o menos virtual. Es una realidad, os lo prometo.
Y como tendré la posibilidad de recordar con todos vosotros muchas cosa de Pilas, quiero brevemente deciros algo de mi situación actual. Para empezar estoy más "gordito", calvo, barba blanca y con sesenta y ocho tacos a la espalda.
Sabéis que dejé Pilas en julio de 1991. Un mes antes, el día del Corpus moría mi único hermano, de un infarto. Era necesario hacerme cargo de mi madre, y mi obligación entendía que debía ser, desplazarme yo y no ella. Así que después de veintisiete años en Sevilla, volvía a mi tierra.
En septiembre del 91 me hice cargo de una pequeña parroquia situada en uno de los valles más preciosos de esta tierra: Oiartzun - Arragua. Fue un cambio muy brusco. Para empezar, el cambio de una parroquia tan grande como Pilas, a algo tan pequeño, no llegaríamos a mil personas. Pero sobre todo mi total desconocimiento de cuanto se había ido viviendo y consolidándose en mi larga ausencia: laicismo, desinterés religioso, política y sobre todo una agresividad a flor de piel. Pero todo se termina comprendiendo, resituando y asumiendo.
A los cuatro años, septiembre del 95 me vuelven a cambiar. Esta vez sí a una parroquia mucho más amplia y por supuesto también más compleja. Los años pasados en ella me lo han corroborado: ANDOAIN.
Durante diez años he tenido la oportunidad de vivir muy comprometido en una Iglesia muy diferente de la que yo recordaba de mi infancia, e incluso de la que había sido partícipe en mis largos años de Andalucía, y ya no solo como párroco sino como arcipreste, (arciprestado de Hernani) durante ocho años. Sé que a algunos de vosotros al leer Andoain y Hernani os habrán sugerido situaciones pasadas, tristemente recogidas en diversos medios de comunicación, prensa, radio o televisión.
He tenido oportunidad de entender y vivir lo que es una iglesia comprometida no sólo en lo religioso sino también en lo social, con sus muchos errores y aciertos, políticamente mal vista, tortas por todos los lados, vilipendiada por unos y por otros, sufriente y por último aparcada, ya no interesa. Un laicado responsable aunque cansado de tanto bregar, y al final inservible a los nuevos aires. Me ha tocado sufrir en mis carnes situaciones muy duras, cuatro asesinatos de ETA en mi propia parroquia, estar muy cercano de las víctimas, alguna de ellas catequistas, así como el rechazo de otras que sólo quieren de ti, exigencias manipuladas por partidos mucho más nacionalistas que los que dicen serlo. En fin todo esto queda para mí. Y está archivado.
En agosto de 2001 murió mi madre. Entonces fue cuando me planteé el aclarar mi situación. Seguía siendo miembro del clero sevillano, ya que todavía no había pedido la des-incardinación. La reflexión ha sido larga. Pero por fin definitiva: me quedaba aquí. Ésta seguiría siendo mi Iglesia particular.
Junto con esta decisión por mi parte, llegó otra del Obispado: de nuevo me trasladaban, y esta vez a mi pueblo natal, a mi parroquia de nacimiento. Desde septiembre del 2005 estoy en la parroquia de San Pedro de Pasaia. Y aquí estoy. Desde el pasado enero, más libre que antes, ya que también ha fallecido mi tía Juani, de la que me hice cargo al morir mi madre. Por todas estas circunstancias, hace cuatro años que no visito Sevilla, de verdad que el "mono" es fuerte, y espero poder hacerlo pronto. De todas formas no quiero terminar sin contaros un pequeño "pecadillo", En más de una ocasión veo "Canal Sur". Por cierto este último domingo pude ver la Misal del real del Rocío, me emocionó verle a D. Ignacio.
Bueno nada más. Os prometo seguir con mis cartas y fotografías para terminar ahí va mi email por si hay alguien que quiera ponerse en contacto conmigo: yurritajr@telefonica.net
Un abrazo José Ramón.