D. Manuel Fernández Villasante
Salta a la "palestra"
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Hace algún tiempo que D. Manuel fue localizado por los alrededores de Madrid, concretamente en Brunete, y el teléfono era el medio por el que intercambiar algún saludo, algunos recuerdos y comentar algunas anécdotas que el paso del tiempo no logra borrar y permanecen escondidas en uno de esos recovecos del cerebro para ser proyectado en el momento oportuno para el deleite de los contertulios. |
Sentado delante del ordenador se está recreando, me dice Olga, viendo el álbum de fotografías de Pilas. Se para delante de esas fotos que muestran a él mismo agachado en el equipo de los formadores, en el comedor "vigilando posibles desmanes" de los seminaristas o en esa foto delante de uno de los pabellones rodeado de 37 niños con sotanas y sus becas paño grana, que seguramente serían del curso del 61. ¡ Qué años aquellos !. En la segunda toma está perfectamente "arropado", flanqueado por ambos lados por sus nietos David y Marcos, que serán seguramente los oyentes de sus historias y batallitas propias del abuelo, y detrás "cubriéndole" las espaldas su carmen, Carmen Quintero, sí, una de las niñas de Pinichi, la que D. Manuel miraba de "reojillos" y por la que se le escaparia algún que otro suspiro, y la que por contra ella, mima. |
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Hoy Carmen es uno de los pedestales de esa familia, una señora que transmite cariño y una gran
amabilibidad, la que hace que cuando llamas parezca que lo hagas a tu casa o la conocieras de toda la vida. Muchas gracias Carmen.