D. Antonio Cabeza







NO SE CASARÁN EN LA MACARENA






La cantante Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano, protagonistas de la que se anuncia como la boda del año, han renunciado a casarse en la basílica sevillana de la Macarena, que pertenece a la parroquia de San Gil Abad de Sevilla. La pareja tomó esta decisión tras dejar muy claro la "contrariedad y el sufrimiento" que les habían producido las palabras del párroco de la basílica, Antonio Cabeza Moya, el pasado sábado en la homilía.

Cabeza Moya, quien es también director espiritual de la Hermandad de la Macarena, aseguró que la ceremonia causaría un daño moral a sus feligreses, informa Efe. El párroco se mostró contrario a la boda eclesiástica de la pareja, ya que al tratarse del segundo matrimonio de la cantante -casada en primeras nupcias con el boxeador Pedro Carrasco-, los feligreses sencillos pensarían que la Iglesia le otorga la nulidad matrimonial por el hecho de ser famosa. La cantante y el torero, quienes no han desvelado la fecha de sus nupcias, añadieron: "En su momento comunicaremos a nuestros familiares y amigos el lugar que nuevamente hayamos elegido para la celebración de nuestra boda, dentro de la normativa canónica".

La cantante chipionera y el diestro cartagenero han decidido tomar cartas en el asunto para aclarar las cosas tras "la conmoción que han producido en la opinión pública las manifestaciones hechas por el señor párroco de San Gil Abad", y señalan el derecho que les asiste a elegir el lugar donde celebrar su boda, de acuerdo con el canon 1.115 del Código de Derecho Canónico. Rocío Jurado y Ortega Cano añaden que "con todo el respeto que merece, pero con esa misma libertad y confianza que sugiere el Concilio, manifestamos públicamente al señor párroco de San Gil de Sevilla, Antonio Cabeza Moya, la contrariedad, el sentimiento y hasta el sufrimiento que nos han causado sus manifestaciones... "

La pareja confesó su perplejidad ante las manifestaciones del sacerdote, quien llegó a decir que de celebrarse la boda dejaría de ser párroco de San Gil durante ese día. "Sí le rogamos encarecidamente que deje de hacer alusiones públicas a las circunstancias pasadas de la vida de Rocío y a personas que con ella se han relacionado, que ya han sido resueltas por la autoridad de los tribunales de la Santa Iglesia y de las que quizá el señor Cabeza Moya no tenga el adecuado conocimiento de causa", añadieron.

El País - 14/10/1994



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