Los granujas que se han adueñado de los sillones que, confiadamente, pensábamos
los ciudadanos que eran para representarnos, para defender los derechos de la
ciudadanía de este país, para que nos sintiéramos orgullosos de los elegidos por
nosotros, para que tuviéramos esperanzas de un horizonte de vida más elevado, para
que nos sintiéramos orgullosos de pertenecer a un gran país.
Se está haciendo lo contrario: pisotear una y otra vez la dignidad y los derechos de los españoles. Se pisotea a los vecinos de este solar llamado España. Se pisotea la decencia de los habitantes de la piel de toro cuando se les traiciona y se adoptan medidas que no sólo perjudican a la mayoría sino que además beneficia, de forma infame, a unos pocos. Se reducen derechos: a la educación libre, de calidad y gratuita, a una sanidad decente y universal, a las libertades públicas consagradas en nuestra Carta Magna, al derecho a la justicia, a los derechos de los trabajadores conseguidos, con muchos esfuerzos y sacrificios, a través de muchos, muchísimos años, a ser escuchados por los estamentos públicos, al derecho a una vivienda digna, al derecho, que como personas honradas y trabajadoras, nos pertenece de motu propio: ser felices.
Este gobierno nos hace desgraciados, nos hace estar amargados, nos hace sentirnos
impotentes, nos hace creernos fracasados. Nos está quitando hasta la capacidad de
reacción. Nos secuestra el derecho a ser informados de forma libre y veraz. Este
gobierno, de la forma más infame, nos está robando hasta la dignidad a la que como
personas y ciudadanos tenemos derecho.
Cada vez con más descaro se dedican a beneficiar a sus amigos, a los grandes
capitales, a los poderosos poderes fácticos que siguen existiendo, ahora con más
fuerza, en nuestro país. Se controlan los medios de comunicación para que no aireen
la basura que acumulan y, cuando alguno de estos medios saca los pies del plato, se
hace la pertinente llamada para cesar al responsable y colocar el que convenga a
“don poderoso caballero”. Los ceses de los directores de renombrados rotativos han
sido tan descarados que no admiten interpretaciones, ¡ha sido un golpe sobre la
mesa para dejar claro quién manda!.
>No interesa ni es bueno que se diga que hay corruptos en este país, ni que se
suicidan cientos de personas porque les quitan de forma injusta aunque legal, eso sí,
el techo que les cobijaba y la desesperación les hacen buscar el camino corto. Se
echan a jueces que estorban por mantener una postura honrada y legal, se ocultan
protestas de los ciudadanos para evitar que se generalicen, se presentan imágenes
falsas para desacreditar los movimientos de vecinos contra las tropelías de un
alcalde…
Mientras, algunos viven en un mundo que se han creado ellos mismos para su exclusivo disfrute. Usan los dineros públicos de acuerdo con una ley dictada por ellos para justificar lo injustificable, mangonean y ningunean a los ciudadanos… Nos han hecho pasar de ciudadanos a súbditos. Estamos ante una auténtica casta de corruptos (presuntos queremos decir, no sea
que…) y por ello tenemos que tomar una determinación tajante: Hay que echar a
esta casta de politicastros que hacen que nos tengamos que tapar la nariz para no
oler el perfume de las cloacas. ¡Hay que echarlos!.
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