ESCRACHE
Una de dos: o María Dolores de Cospedal no ha calculado bien sus palabras, o sencillamente es que no da más de sí. Y viene a cuento con el guante lanzado al movimiento 15-M. El desafío a un movimiento ciudadano no sólo está fuera de lugar, sino que es una auténtica imprudencia y una temeridad. Ya se ha demostrado lo que puede significar para los partidos políticos tradicionales que entren en el juego político los movimientos ciudadanos. Los ejemplos de Italia y de Grecia están ahí, y eso es sólo el comienzo.


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¿Pierde los papeles?

Haría muy bien la Sra. de Cospedal en realizar un análisis más profundo y serio del problema si es que tiene capacidad para ello. El meollo de la cuestión es que los partidos tradicionales están realmente agotados. Son muchas las razones que han llevado al agotamiento del discurso político de los partidos al uso: maniqueísmo, falta de líderes, dependencia del poder financiero, inadaptación a la cambiante realidad social, etc. Podríamos entrar a profundizar en estos apartados, pero ni hay tiempo ni es la ocasión.

Los ciudadanos, que no sólo votan sino que también pagan, están desengañados, hartos de tantas mentiras, de tanto tancredismo político. La desilusión ciudadana, en su vertiente abstencionista, roza ya el 50%. Si no se lo creen que echen un vistazo a los sondeos de opinión que el CIS hace mensualmente, porque cuando les interesa a los dirigentes políticos bien que utilizan las encuestas.

Vayamos por partes. El Barómetro del CIS de enero, último al que se tiene acceso sin problemas, nos revela datos preocupantes para cualquier persona que esté convencida de que el mejor sistema es la democracia. Si el 77,4% de la ciudadanía dice que la situación política es mala, si el 66% opina que la gestión del Gobierno es mala, si el 68,3% dice que la oposición es nefasta, si la nota más alta de un ministro es un 3,34 (sobre 10), si un 82,10 % de los encuestados desconfían del Presidente del Gobierno, si además la confianza en el líder de la oposición es nula (no confían en Rubalcaba un 88% de los preguntados) y si además, según declaran, la intención de abstenerse es del 45,50%, el panorama debería preocupar a la Sra. de Cospedal a menos que sea una irresponsable en cuyo caso debería irse a su casa. Y no sólo a la Sra. de Cospedal, sino aún más debería quitarle el sueño al Sr. Rajoy y a toda la cúpula del PP y también a la oposición, que cada cual debe asumir su responsabilidad en el grado que le corresponde. Un dato muy importante: el 15,4% de los ciudadanos no votó de forma intencionada, es decir se abstuvo conscientemente, en las últimas elecciones generales. Este último dato tiene un gran peso como veremos más adelante.

Pues bien, a la Sra. de Cospedal no sólo no le inquieta el problema sino que se atreve a desafiar a un movimiento ciudadano como el 15-M. No podemos olvidar que este movimiento tiene un poder de convocatoria realmente importante, han sido muchos miles de ciudadanos los que se han movilizado en numerosas ocasiones. Esta postura no ha sido reprochada ni desautorizada por nadie de la directiva conservadora. Y es de una gravedad tremenda. La Sra. de Cospedal y con ella todos sus compañeros de partido, la responsabilidad es toda del PP en bloque, demuestran con estos comportamientos su imprudencia, la ignorancia, un alto grado de incompetencia y una arrogancia fuera de lugar. La soberbia, altanería y el tufillo totalitario por no decir fascistoide, parece ser la práctica en la formación conservadora de nuestro país. No hay que olvidar que el voto en bloque de la opción hasta ahora abstencionista podría dar la mayoría absoluta a una alternativa que supiera aglutinar el desencanto reinante.


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Si el movimiento del 15-M toma la opción, recogiendo el guante lanzado, de presentarse a las próximas elecciones generales podría obtener la mayoría absoluta, pero es que en el caso, más que probable, de obtener tan sólo el voto de los abstencionistas conscientes y desencantados, podría pasar a ser la tercera fuerza política de este país, como de hecho ya ha pasado en Italia y Grecia. En España sería bochornoso que PP y PSOE tuvieran que formar gobierno, que ambos conformaran un gobierno de coalición. Eso sería dejar sus vergüenzas al aire, aún más. La foto sería para enmarcar. Es más podría darse un gobierno que dejara fuera tanto al PP como al PSOE, pero esto ya es política ficción. No hay que olvidar el carácter progresista del que podríamos llamar abstencionismo militante.

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Por eso, podría salirle el tiro por la culata a los conservadores españoles, pero a la vez tendría un efecto rebote en las formaciones progresistas (PSOE e IU). A lo mejor ha llegado el momento de dar el paso por el movimiento 15-M y comenzar a establecer los cimientos para concurrir a las elecciones generales. Eso sí, habría que evitar integrarse en el sistema actual, auténtica trampa para un movimiento como el 15-M cuya esencia es crear opinión, despertar conciencias, exigir participación para hacer de la democracia algo real y no, como ahora, una entelequia formal.

De todas formas, al menos es nuestra opinión a bote pronto a falta de mayor reflexión y profundización, ya va siendo hora de que el 15-M se plantee entrar en el juego político y no dejar en manos de la caterva de políticos que sufrimos, la ilusión de los ciudadanos. Al menos que despierte la esperanza.




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"Los niños de Juan Manuel" - Junio 2009"