Escuchar verdades, deducciones lógicas y por derecho, sin dar rodeos a las cosas, es algo que no es moneda de uso común, al menos en nuestros días y en nuestro ambiente político. Mientras en España, y también en el resto de Europa, se miente a los ciudadanos, se les engaña y se tergiversan las cosas para llegar a conclusiones interesadas, surge una figura, rara avis, instalada en la utopía: José Mújica, Presidente de Uruguay.
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Este hombre, dicho sea en toda la extensión de la palabra por su actitud consecuente con sus ideas y por la vida que mantiene, sin apego a los cargos políticos y a quien resbalan las habladurías interesadas de algunos para desprestigiarlo, es todo un insulto para nuestros políticos europeos.
Una persona que tiene un sueldo normalito, siendo Presidente de un país, que no utiliza residencia oficial sino que vive en su casa, donde ha vivido toda la vida, que tiene un coche con 20 años de antigüedad y cuando le preguntan que cuando lo va a cambiar responde que para qué, que todavía funciona bien, deja fuera de juego a cualquier persona que, como nosotros, estamos acostumbrados al consumo, al derroche y aparentar por encima de nuestras posibilidades.
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Mientras, en nuestro país, en España, el gobierno pasa de puntillas sobre los informes del Banco de España reflejando el enorme aumento de los desahucios, 49.600 familias que han perdido sus viviendas en 2013. Y también pasan de puntillas los medios de comunicación. Tal vez no interese que la basura se exponga a la vista de todos. Nuestros banqueros, los que han arruinado las entidades financieras gracias a su maravillosa gestión, tienen la desfachatez de exigir sus millonarias pensiones ya que tienen derecho a ellas. Y todo gracias al enorme esfuerzo desplegado para arruinar las diferentes entidades.
pues llega el Sr. Rato, don Rodrigo y, según se afirma en informes del Banco de España, se gasta 900 millones de euros (como no era suyo el dinero
) en quedar bien con los grandes inversores pagándoles sus inversiones en preferentes. A los pequeños, unos 3.500 pensionistas, que los parta un rayo. De todas formas, ¿alguien podía esperar otra cosa, otro comportamiento del Sr. Rato, el que fuera vicepresidente con el Sr. Aznar y luego Presidente del Banco Mundial?. Surge una pregunta: ¿algún día la justicia se encargará de estos sujetos?.
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Una ligera, ligerísima reflexión al margen de lo que planteamos en las líneas anteriores: si los partidos perdedores en las elecciones recién celebradas, es decir PP y PSOE, siguen en su soberbia de ser los únicos que llevan razón, ya que, como piensan, los ciudadanos se equivocan, cuando los mismos ciudadanos volvamos a decirles que no los queremos y que por tanto se deben ir a sus casas, ¿aceptarán por las buenas perder todas las prebendas que tienen?.
¡Nos esperan tiempos apasionantes
y duros!.