Actualidad - José Campanario - "El papel (mojado) de la Constitución española de 1978"
Vienen tiempos de crisis constitucional. A la ya caduca, por su influencia real que no por su contenido tanto de amparo de derechos como de estructura territorial, garantía normativa, etc. de nuestra Constitución de 1978, se une ahora el ataque Germano-francés para dejarnos fuera de juego o, en el mejor de los casos, como carretera vecinal. La autopista económica-financiera se proyecta en territorio galo-germano. Sin conocer todavía las propuestas, los mentideros políticos europeos hablan en singular, lo más seguro es que se pretenda y se consiga, la Europa rica a costa de la Europa pobre. Es ni más ni menos que la vuelta al famoso, archiconocido y se suponía que archivado, Mercado Común. Y el Mercado Común, idea concebida por franceses y alemanes, a los que se unieron como muestra de su maquiavelismo político los italianos, tenía las cosas muy claras: consistía en crear un espacio amplio donde vender los productos de los países más potentes. Se recuerda el papel que se reservaba a Andalucía en la programación que la UNESCO hacía de nuestro territorio: el de despensa para Europa. El papel fue posteriormente, poco a poco, modificado por los intereses prioritarios de los grandes europeos. Así hemos pasado de ser despensa a ser solar de divertimento para borracheras de niños ricos alemanes e ingleses o albergue para la tercera edad de los europeos ricos. Y nuestro país, España, ha quedado como una gran superficie donde vender todos los electrodomésticos y coches que producen las industrias germanas y gabachas. Las ampliaciones de la U.E. no han tenido otro sentido que el abrir mercados a los productos de estos dos países. Es más, en ocasiones a algún país que ha tenido una tecnología punta, incluso superior a la alemana y a la francesa, se le ha impuesto la tecnología del eje. En España tenemos dos casos ciertamente sangrantes: la línea de alta velocidad en la que nos impusieron locomotoras alemanas y vagones franceses, cuando nuestro TALGO, era, y con mucho, superior a la tecnología europea. Por cierto, que pasados 20 años nuestros productos ferroviarios han sido elegidos por los jeques árabes para el juguete que van a construir en su desierto. Lo que está claro es que los dirigentes árabes no tienen un pelo de tontos y han elegido lo mejor. Pero es que además nuestros trenes también circulan en EE.UU.
Lo de la aviación es algo parecido. El consorcio EADS (Alemania, Francia, Inglaterra y España) está consiguiendo productos realmente competitivos a nivel mundial en un mercado que dominaba ampliamente la industria americana. Y cuando surge algún problema, por ejemplo los motores del macroavión militar, son debidos a los socios ingleses o a problemas de producción o montaje de los vecinos galos. Todavía no ha habido ni un solo contratiempo en nuestro país, más bien todo lo contrario. A lo mejor, y éste es otro tema, es que nuestros profesionales de alta gama están mejor preparados que los europeos y por eso es por lo nos exigen bajar la calidad de nuestra enseñanza en lugar de subir la enseñanza en Europa. Pero éste es otro debate. Volviendo al funcionamiento que se pretende reeditar del Mercado Común todavía habrá algún que otro incauto que piense que como pagan los alemanes, que para eso son los que ponen el dinero de las subvenciones, tienen derecho a exigir. Mayúsculo error. Es la misma política de los bancos cuando conceden un préstamo: tienes que devolver lo prestado más la ganancia que te imponen. Los alemanes ponen el dinero y luego nos venden su producción a la que hay que añadir a los costos de la misma las plusvalías (todavía está vigente el concepto) que arañan los vendedores. Y además se pretende, según han dicho, controlar por la Comisión Europea (en realidad los países de la Sra. Merkel y el Sr. Zarkosy) los presupuestos del resto de países miembros de la nueva U.E. La primera noticia es que el Sr. Rajoy ha viajado a Francia para decirle al representante del Presidente francés que está a su completa disposición. ¿Hasta dónde llegará la humillación a la que nos someterán estos dos dirigentes europeos?. ¿Cuándo se publicará la anulación normativa de nuestra Constitución?. ¿Nos merece la pena estar en una U.E. de segunda, a cualquier precio?
Como decía no hace mucho un premio nobel de economía son los poderes económicos los que están haciendo la política. Y entonces, nos preguntamos, ¿para qué queremos a los políticos? |