Buenas tardes-noche. En este acto de presentación de nuestro libro: Guadalcacín y Caulina en Relatos, queremos agradecer a este Ayuntamiento su colaboración y su apoyo, así como la presencia y las palabras de la sra. Alcaldesa doña María de las Nieves Mendoza. Agradecer a nuestro amigo Francisco Ruano, cordobés de nacimiento, sevillano de adopción, su colaboración desinteresada para que este libro saliera de la imprenta. Agradecer a Fernando Domínguez, la presentación que ha hecho de nuestro libro. Agradecer a mi amigo Manolo Becerra su apoyo y su entusiasmo en la preparación de este evento. Agradecer a mi mujer y a mis hijos el soportarme y el que les haya quitado el tiempo que a ellos les pertenece para hacer esto. Agradecer la presencia de los representantes de las distintas Corporaciones Rurales, de las Asociaciones Agrarias, de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, de los distintos colectivos y asociaciones, de mi familia de aquí y de la de Pilas y de todos vosotros por el arropamiento que nos hacéis en este acto.
Como siempre se ha dicho: no es bien nacido quien no es agradecido, por eso he empezado como he empezado. No tenía otra manera de comenzar. Así que… gracias por vuestra presencia y cariño. También deciros que cuando alguien se va de su pueblo, y yo me fui cuando todavía era un niño a estudiar al Seminario de Pilas en Sevilla (aunque nunca dejé de venir), se dice que quien se fue a Sevilla perdió la silla, y… ¡claro!, cuando a uno le dicen esto, se queda como con la cara “partía”, descolocado. Yo he vuelto y he buscado el argumento para recuperar esa silla y me he encontrado otra frase que dice: quien de Sevilla llegó, su silla encontró. Y es verdad, la he encontrado en el mismo sitio. Y a plena satisfacción. Por otro lado, expresaros que hace algún tiempo tenía en mente el propósito de rebuscar entre archivos tanto de papeles como de las personas, argumentos, experiencias y hechos para reflejarlos en una publicación que recogiera el cómo y el por qué de Guadalcacín y Caulina y sus gentes. Me puse manos a la obra en este agosto pasado. Para ello necesitaba ver la información existente en el extinto Instituto Nacional de Colonización. Indagué por Agricultura. Hice solicitud a través de instancia reglamentaria para ver archivos. Y lo mejor que me pasó, precisamente allí, en Agricultura, fue encontrarme con la humanidad de una persona, Juan Blanco Rodríguez, que pasados los primeros contactos de recelos, lógicos por otra parte, ya que ninguno de los dos nos conocíamos, pero ya desde un principio hubo filin para que formáramos un equipo en el estudio, elaboración y publicación de este trabajo, al que le hemos dado nuestro cariño, alegría, entusiasmo y objetividad para que quede constancia de los esfuerzos que se tuvieron que hacer por parte de todos los que participaron en la formación o creación de estos lugares definitivamente consolidados. Todo lo sucedido, se lo hemos contado a nuestro amigo Peneque, (que es el personaje) que tanto Juan como yo, le tenemos un cariño especial, porque yo lo conozco desde que nació y Juan desde hace poco, pero como si lo conociera de toda la vida. Espero que a vosotros os pase lo mismo que a nosotros y que os hagáis amigos de él, de lo que no me cave la menor duda. Ya le dije, en su día, a nuestro amigo Peneque que le presentaría a mis amigo, y le decía: quiero presentarte a mis otros amigos, si, para que también sean tuyos, y te conozcan, esos amigos que de vez en cuando me leen, se entusiasman, me critican en lo que digo y hasta se aburren por lo “pesao” que me pongo con ellos, sabiendo que esa actitud se transforma en cariño duradero de sonrisas inocentes y ánimos para continuar en la briega de la palabra. Si, amigo Peneque, te presentaré a mis otros amigos para que también sean tuyos, pero será un poco más tarde, cuando todos estén ávidos por saber quién eres. ¿Lo aceptas?, ¡¡claro que si!! Y también le dije, en algún momento a nuestro amigo Peneque, que su presentación ante los amigos, sería su puesta de largo en un acto que no olvidaría jamás, donde sería la estrella principal. Es el caso de hoy, donde los tres implicados en esta historia nos sentimos orgullosos y satisfechos de haber podido llegar hasta aquí para poderos mostrar nuestra satisfacción en este Teatro Municipal de Guadalcacín, lugar de los hechos que relatamos. Termino reiterándome en lo que decía al principio. Gracias, gracias por vuestro apoyo en este acto y como se suele decir: que nos vaya bonito. |