Por fin dio comienzo el encuentro sacándose de centro con la aprobación del acta de la sesión de pleno del mes de Febrero. En el interior, cerca de la puerta de entrada dos guardaespaldas atentos como si fueran el cuarto y un quinto árbitro sin perder ojo a lo que pudiera acontecer. Los puntos de la convocatoria fueron exponiéndose, unanimidad al primero, mayoría otros. El punto quinto era un galimatías formado por un error de escritura que el secretario por más vueltas que le daba a los papeles no encontraba por donde continuaba el texto, siguieron votaciones a manos alzadas, unas veces para los que estaban a favor, en contra o se abstenían.
El graderío, sin llegar a un lleno absoluto, fue poblándose de "aficionados", a los que sin mostrar los colores en forma de camiseta o de pancarta se les identificaba perfectamente por sus aspavientos, por como y cuando asentían con la cabeza, o como se ausentaban por indicaciones para entregar algún periódico del opositor para refrendar un comentario, echar en cara una actuación. Eran como esos utilleros que aportan a los jugadores unas espinilleras o una muslera cuando una mala entrada del contrario resquebraja la fragilidad de la pierna y lo deja tocado.
Como en un partido de máxima rivalidad, de esos que se clasifican de alto riesgo, fueron sucediéndose entradas terroríficas en forma de preguntas y respuestas malintencionadas que golpean duramente la rodilla. Si describo codazos, empujones e insultos, todos ellos en forma verbal y desmedida, en absoluto exagero. Aquello siguiendo el símil futbolístico no equivalía ni a un partido de tercera regional de la categoría de amateurs, por la calidad futbolística que se mostraba en el campo, en un campo de tierra.
La verdad es que conforme avanzaba el tiempo el clima se iba enrareciendo cada vez más. Era igual el punto que se tratase, las preguntas y respuestas cruzadas que hubiere, que no fuera por delante en forma de muletilla un reproche, una acusación, una recordatoria, un echar en cara lo que hiciste o dejaste de hacer, sin acometerse realmente el asunto que se trataba, y recibiendo estas la mínima atención.
El "arbitro" de la contienda que marcaba los tiempos, era a todas luces casera. No medía en la misma medida, llamaba al orden a un concejal de IU por utilizar la palabra mentira a algunas exposiciones, como si esta fuera su palabra favorita, y no vió, no quiso ver, o no oyó, como desde dos asientos más allá a su derecha un concejal del PP llamaba a otro del PSOE reiteradamente "caradura y sinvergüenza", no solo no le sacó tarjeta sino que cargó contra la actuación de éste último, quien al parecer cambiaba las reglas del juego a conveniencia.
El ruego 10 merecería un espacio especial para ser tratado en otro momento, pero que la respuesta que se dio a ese ruego de IU por parte de Salido, me dejó anonadado jugando con las palabras voluntarios, socios, y echando fuera balones a la asociación para quitar responsabilidad, cumplimiento de las normas de seguridad, no altas en la seguridad social, e incumplimiento de normas laborales. IU le acusó de falta de transparencia y solicitó copia del convenio.
Otro "rifi rafe" que se organizó en cualquiera de las áreas fue sobre el uso partidista de los medios de comunicación, y como una pregunta se respondía con acuses, salió al campo reproches de prórrogas solicitadas fueras de plazo, a acuse de irresponsabilidad política, subidas de tono, respuestas chulescas con sorna, siendo el punto más extenso que se trató, y a pesar de ser requerido por la alcaldesa en varias ocasiones los concejales no se atenían a los puntos del día estrictamente .
"Un tampoco lo que hace Vd. en el puerto", con el consiguiente murmullo por un lado y silencio por otro fue otro de los puntos con mayor dedicación de los concejales, informes que se solicitan y al parecer han sido entregados, requerimiento del Psoe para que se atienda sus peticiones sobre el puerto que fueron solicitados hacía cuatro meses, emplazamiento ficticio para que les sea facilitado por la persona responsable.
En ruegos y preguntas como en botica hubo de todo, pero todo tratado con el mismo talante de
reproches y acusaciones, de dimes y diretes, de confrontación en vez de espíritu de consenso. La única pregunta que fue respondida, bajo mi punto de vista no
política, con corrección, sin poner ninguna puntillita y totalmente descrita en sus distintas fases, fue a la concejala Cortés Gallardo sobre la reapertura del Centro Social Dª Gloria Alonso.
Frases como "buscar soluciones para los problemas que tenemos" (referido al desempleo del municipio) o propuesta "de trabajar conjuntamente contra los desahucios" fueron respondidas con una culpa del origen de la situación la tiene el gobierno anterior, mencionándose a Rubalcaba, y para la segunda un reproche como acabo de ver también se expone en el periódico La Voz, a que la oposición, concretamente el Psoe, no solo muestra actitud insolidaria por manifestarse delante de Bienestar Social apoyando a la plataforma PAH y que medios gráficos que recogieron el momento. La crítica ha sido para el modo de proceder de la oposición con los desfavorecidos.
Se han centrado tanto en las formas, en las interpretaciones, en las luchas partidistas, que para acometer el desempleo y los posibles desahucios, causa principal e interés de los ciudadanos, han pasado de puntillas sin propuestas conjuntas algunas.
Sin más preguntas se da el pitido final. Qué verdad es aquello de "partido de expectación partido de decepción". He salido por la puerta del ayuntamiento con el convencimiento personal de que los ciudadanos para los políticos, perdónenme la expresión, somos una mierda pinchada en un palo. Solo les interesa el figureo, las consignas de partido, los acosos y derribos al opositor, jugar con las palabras en sus periódicos vendiendo imágenes a los votantes, las amenazas entre veladas y sobre todo sus sillones y los suculentos sueldos que estos le producen con dedicación plena o no. De esto ya hablaremos en otra ocasión.
Tuve no obstante más tarde la oportunidad de hablar con dos o tres concejales sobre lo acontecido, coincidiendo todos ellos sobre como el nivel de los plenos son cada vez más bajo. Esperemos que la tele emita todo, sin recortes para aquellos ciudadanos que estén interesados en ver como defienden sus intereses los políticos votados. La verdad es que si me pidieran votar hoy, no solo no sabría a quién votar, porque ninguno me representa, sino que tal vez por la indignación que tengo, le daría una patada a la urna para enviarla un poco lejos, porque todo es mentira. .
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