Como podéis ver en las fotos del enlace que indico arriba, se estaba celebrando un acto ceremonial, al que no solo se nos permitió poder fotografiar, sino que fuimos amablemente invitados por quien dirigía aquél acto a tomar asiento y participar en él.

Otro día me llamó poderosamente la atención un edificio que se encontraba frente al recinto ferial, muy bien cuidado, y con unos jardines que contenían pequeñas cañas de bambú delimitandolos a forma de setos o de brezos. Vi que se trataba de un Templo Hindú. Solo tuve que estar al quite para tener la oportunidad de poder encontrarmelo un día abierto y poder ofrecer su contenido. No hay dudas que obtuve permiso para acceder y tomar las fotografías que quisiera. Me quedé prendado de lo que me encontré, y dejando la espiritualidad que sentía independientemente de quièn allí estuviera representado, pude disfrutar de aquella belleza

Me sorprendió que en los dos rincones laterales junto al altar pricipal había un cuadro con el Sagrado Corazón de Jesús y otro de la Virgen María, Samil me explicó que era un espacio para representar a los dioses de las otras religiones, y ambos llegamos al convencimiento de que a pesar de que hubiera tanto cuadro, Dios, solo hay uno.

Cometí en esa visita dos errores de desconocimiento, como no ví zapatillas en la entrada, entré calzado y enseguida vino la señora hindú que limpiaba para hacerme señas y desandar lo andado. El segundo error es que mientras tomaba fotos llegaron unas señoras y se descalzaron, yo en mi afán de tomar buenas imágenes no ví que allí enmedio habían dejado los zapatos, con los cuales tropecé, los pisé, y opté por querer ponerlo a un lado cuando me fue arrancado literalmente de las manos. Este fue el segundo error de desconocimiento ya que se considera una falta de respeto tocar el calzado de una persona menor que tu. Samil me explicó que el calzado, los pies, es la parte menos importante del cuerpo porque toca la tierra, que sí se podía tocar cuando la persona en cuestión era menor que el propietario de los zapatos, así es que yo veterano de guerra lo tenía dificil, y a parte yo los míos, por si acaso..., los dejé a la sombrita de las cañas de bambú.

No hubo molestias, y he sido emplazado a una fiesta que van a organizar con mucha asistencia el próximo jueves a las diez y media de la noche, que es para ellos su Navidad, el nacimiento de su divinidad, no se si podré ir, pero si voy me voy a "jartá" de pisar zapatos, y de coger, ni uno.

Y alguno se preguntará ¿a que viene esto?. Pués viene a que caí en la cuenta que dada la comunidad marroquí, a árabe, o mora, como queramos llamarla, caí en la cuenta digo, de que también debería de haber una mezquita. Así es, hice las pesquisas necesarias y esta mañana me he personado a la puerta de la mezquita, iba casi con recomendación, pero como habéis podido ver en las fotos que corresponde a la mezquita, del interior hay bien pocas.

Solo había acceso hasta las alfombras de las zapatillas en el exterior, a un rincón con dos mesas llenas de platos y cubiertos, así como vasos desparramados sobre ellas. Y pude hacerlas tras explicarle el objeto de tomar aquellas fotos a tres personas distintas, cada vez salía una que aparentaba mayor representatividad, y el de la túnica blanca inmaculada con botonera a lo largo me confirmó que no podía tomar las fotos del interior sin hablar con el Imán. Llegó el Imán, un hombre joven y menudo, que tras recibir las explicaciones pertinentes de los allí presente me miraba como incrédulo, como sorprendido, como si yo estuviera cometiendo un pecado, cuando lo que pretendía era dar su sitio a su religión en este espacio de la web.

a pesar de que hubiera tanto cuadro, Dios, solo hay uno. Finalmente me negaron la entrada tras responderle que no a su pregunta de si yo era musulmán, por lo que no pude aprovechar para hablar ni con Alá ni con Mahoma, y lo que pude conseguir era que alguno de los allí presentes me tomaran estas tres o cuatro fotografías que muestro. Cuando se fue el Imán mi cara debía ser de incredulidad o de sorpresa que alguien se molestó en explicarme que el Imán no quería que entrara porque antes tendría que purificarme, seguramente sería por tratarse del Ramadán estos días, a pesar de que solo llevaba entre pecho y espalda un manchado con leche de cabra, y de pecado, alguno pequeñito venial o alguna mentira piadosa.

No trato de desmerecer a nadie, simplemente cuento las cosas como me han ido, y cómo han sido las distintas atenciones recibidas de los distintos "feligreses" de las distintas iglesias, lo mejor de todo esto es, está claro, que Dios solo hay uno, lo llamemos como lo llamemos y lo encontremos en sitios distintos y de distintas formas.