En el día de hoy sin tener que coger el coche y por ende sin tener que gastar gasolina me situé delante del seminario. Estuve observando esta panorámica en la que veía como habían dado de sí esos pequeños pinos piñores que flanqueaban toda la fachada a lo largo de la carretera. Lo estaba mirando desde enmedio de la calle Verbena, sí la calle Verbena allí ya no estaba ese enorme viñedo del otro lado de la carretera, sino un terreno urbanizado que dejaba ver estructuras de lo que días no muy lejanos serían unas preciosas casas, tal vez por eso, por la distancia desde donde miraba daba la sensación de que aquellos pinos empezaban a quitarle protagonismo a la torre, a ser protagonista en primera linea borrando a bote pronto las imágenes de las aulas de estudio, del patio y sus limoneros, del acceso a la portería, en la que Rafael era por lo menos teniente coronel con mando en plaza, la fachada tan singular con luz indirecta del salón de actos. Hoy los pinos eran figurantes de primera delimitando a lo largo, junto con las pequeñas columnas y las cadenas, esa acera que te llevará por un lado a tomar la carretera a Villamanrique o por la Avda de Pío XII hasta el pueblo de Pilas.

Sentado en mi sillón frente al ordenador he cogido el ratón a modo de meter la primera, me he ido por la Avda de Pío XII, hacia la izquierda de cara al seminario y me he puesto con seis o siete clicks en la plaza de España. En un santiamén he recorrido todos esos metros hasta Pilas, apenas he sentido en mis piernas las subidas y bajadas de aquellas cuestas, ni siquiera me he embriagado con ese oler fuerte a orujo al pasar el riachuelo, no hay botas de vino, y he tenido un recorrido totalmente nuevo, todo distinto. Un Pilas diferente.

En la plaza de España me he topado enfrente con un kiosco de toldo azul, a derecha haciendo esquina, está ahora Cajasur, las bombonas de Cepsa y el el kiosco de la Once, ya no está ese bar en el que Curro bebía su café antes de emprender camino al San Telmo. Es ahora la Avda del Aljarafe la que te lleva a cruzar las calles de los Arcos, Rodrigo de Triana, y pasando por delante de la Seat, la Renault, de Neumáticos Michelin, todos ellos frente al bar Matayegua, pasas por delante del Grupo Cobelen para llegar a la rotonda que enfila para Aznalcázar.

Qué grande está Pilas, ahora me toca volver hasta la plaza de España, y aunque hay un tirón yo sigo en mi sillón dándole que te pego al ratón. Con el mínimo esfuerzo, y para no perderme en una ciudad que me es nueva, me oriento de nuevo mirando de frente al kiosco de toldos azules, y tiro ahora a la izquierda, por la esquina de Cajasol y la farmacía Central de Pilas tomando la calle de Ntra Sra. de Fátima que se convierte un poco más adelante en la calle de Luís de Medina, y sigo paseando, mirando a uno y otro lado de la calle cuidando de no tropezar con esas bolas que delimitan las aceras. Cruzo la calle Sargento Camacho y sigo por la calle Medina hasta que se convierte en Amelia de Villalonga una vez llegas a la plaza Mayor y desde donde ya diviso la torre de azulejos azules de la iglesia, en el cruce con la calle párroco Vicente Moya.

Rafael Medina, Juan Valladares, calle de la Pineda, de Pelay Correa calles que parten desde la Plaza Mayor como venas y arterias que recorren el pueblo de Pilas, calles blancas, silenciosas, limpias y que como un entramado te llevan a todas partes.......calles que a pesar de su silencio no dejan escuchar el sonido de la sirena del seminario marcando tiempos, anunciando actividades, esa sirena que los del lugar asociaban con la "fábrica de cúritas".

Estas son las cosas de la tecnología, que te permiten estar allí sin moverte de aquí, mal asunto para los comerciantes, hablar mirando a la pantalla del ordenador viendo en un recuadrito a tu contertulio que está a un montón de kilómetros, y que por caídas de la línea ves que a veces se mueve a retazos, eso sí, manteniéndo la sonrisa para que te vean guapo, cosas estas de las videoconferencias de las grandes multinacionales aplicadas, por a cero coste, al día a día en los hogares, sobre todo en aquellos en los que los hijos, por trabajo o estudios, se han desplazado a otros entornos.

En fin hasta aquí hemos llegado hoy, y si quieres darte un paseo virtual te dejo preparada la pantalla de entrada de abajo mirando entre los pinos al patio del seminario, siempre será para mí seminario, aunque hoy sea un complejo residencial, y te la dejo preparada para que manteniendo pinchado el ratón sobre la foto empieces a moverlo, girarlo y enfilar por la avda. Pío XII a dónde quieras, solo tienes que ir pinchando sobre los círculitos blancos que aparecen en el suelo en la lejanía, y si te cansas, solo tienes que volver....o tirar por la calle Verbena a la calle Yerbabuena y ver las casas que hay en venta, o tirar por la carretera A-8060 y llegar en un plis plas hasta Villamanrique, en línea recta, entre olivos y cañaverales,..... cosas de la tecnología, y así hasta que te encuentres un cartel que te dice a la izquierda Isla Mayor, de frente Villamanrique de la Condesa, a la derecha El Rocío......y ya estás en donde quieras.





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© "Los niños de Juan Manuel" - Junio 2009"